Si existe algo peor que estar mal es estar aburrida, porque para el caso prefiero morirme. Sería lo mismo si lo pensamos con detenimiento.
Supongo que podría decir que no he estado muy bien, no sé desde cuándo y tampoco sé por qué. ¿Será mi cerebro rehusándose a acomodarse una cotidianeidad nociva -nociva para mí-? Rascar un poco de las orillas de mis cicatrices, a ver qué sale, a ver cuánto sufro, cuánto tolero, cuánto me importa.
Tengo un par de meses que como una vez al día: He perdido el apetito. Creo que desde el 2018 algo en mi hábito alimenticio cambió de forma drástica. Creo que le perdí el gusto a comer. Creo que he dejado de pensar que es muy necesario. Creo que es una forma que tengo de inconscientemente castigarme. Creo que la angustia en mi estómago cubre bien el hambre.
Tampoco he estado durmiendo muy bien. Me siento increíblemente estúpida de necesitar fármacos para dormir ocho horas seguidas, y cuando no estoy dándole vueltas al asunto cada noche puedo dormir más o menos bien. Cuando decido que soy autosuficiente y no necesito pastillas, termino despertándome a las cuatro de la madrugada, horrorizada por mis pesadillas.
Mis pesadillas. Las mías nunca son sobre escenarios catastróficos o terribles, en realidad son escenas lindas de mi pasado, cuando fui feliz o al menos me sentía satisfecha. A veces la veo a ella, a veces hablo con él. Es bonito, me gusta soñar con elles. El despertar es una chingadera, eso sí.
Es como si una densa niebla me siguiera todo el día. Fantasmas, a veces veo sus caras en otras personas.
El alucine más perturbador que me ha tocado vivir.
Y claro, la bebida, ¡Mi fiel amiga!
Hace mucho que no veo a mis amistades. Procuro responder sus mensajes, pero en algún punto no puedo seguir con la conversación. Procuro mantenerme presente en sus vidas a través de las redes sociales, pero sé que tengo que hacer más, tengo que estar ahí, en carne y hueso.
La verdad es que prefiero estar sola, prefiero estar borracha. Si estoy sola y borracha puedo poner mala cara todo lo que quiera, sin dar explicaciones. Ya me cansé de hablar del tema, y lo gracioso es que no tengo con quién hablar de esto.
Le doy tantas vueltas que termino mareadísima, pero mal p2.
Estoy agotada. Emocionalmente agotada, mentalmente exhausta, físicamente maltratada.
A veces la energía sólo me alcanza para hacer una cosa en todo el día, y siempre prefiero bañarme. Comer o dormir, bueno, eso no es tan necesario.
Sé que debido a todo lo anteriormente expuesto estoy viendo cosas donde no están. El otro día podría haber jurado haber visto la cara de un niño fantasma en la esquina de una calle por donde paseaba a mi perro.
No me asusté, sólo me saqué de onda.
Estoy tan cansada, que si el mismísimo Satanás(c) se me apareciera una noche para reclamar mi alma, ni siquiera intentaría pelear por ella.
Si hubiera un demonio que me poseyera, podría decir "¡Por fin alguien que puede tomar el control de mí! Necesitaba unas vacaciones"
Estoy cansada y me siento tan sola y todo es mi culpa. Todas las decisiones que he tomado me han traído a este lugar. Me niego a pensar que este es el peor escenario, lol.
Den por sentado que si no aparezco por aquí en semanas es porque no tengo nada bueno que contar, ni siquiera algo de qué quejarme. Qué espantoso.
En la larga de lista de cosas que desearía que supieras está hasta arriba el hecho de que es evidente que no estoy bien.
Pero no es tu culpa.
Ya se me pasará, siempre encuentro la manera de que se me pase.
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