Alguna vez leí que se le dice crush a la persona que te gusta porque así se siente, como un crush, como un atropellamiento, como una fractura y la verdad es que creo que es muy poético y simbólico.
Han sido once largos meses. Tristes también. Solitarios, fríos, pesimistas, dolorosos, y al mismo tiempo, iluminadores. Me he enfocado en lo único que me sale más o menos bien: Escribir. Me alejé de mis amistades, de mi familia. Mantuve mi círculo lo más cerrado posible, sólo la página de word y yo. A veces había algún(a) valiente que intentó cruzar mis murallas pero terminó quemadísime -sobre todo porque ignoraron mis advertencias, kada kien!!-
Claro que de repente sucumbí ante la desesperación, el miedo de estar sola. Abrí tinder dos veces -y lo borré al día siguiente-, contesté dms con un entusiasmo que rayaba en lo mentiroso, me puse de rodillas y le recé a quién fuera que pudiera escucharme que por favor me quitara esta angustia del corazón, que haría cualquier cosa porque esto se fuera. Que me la quitara del corazón, de la cabecita, de mi cuerpecito, de todo.
Nunca dudé de mi decisión. Nunca me temblaron las manos para escribirle, para llamarle, para buscarla. Pero no voa mentir, en diciembre lo vi muy cerca. Vacilaba entre mi deseo de que ella fuera quién me buscara y no yo, y que no lo hiciera en absoluto porque qué miedo, ¿Yo qué iba a decirle? ¿Cómo iba a reaccionar?
¡Por suerte no sucedió!
Tomé unas decisiones difíciles y es que aceptar compañía nomás con la esperanza de desaburrirte es una cosa bien peligrosa, porque la gente suele salir herida. Yo no quería sentir que me estaba obligando a mí misma a sentir algo por alguien, que estaba empujándome a un rebote, a un peor es nada porque ese no es mi modus operandi Y YA SÉ QUE PARECIERA QUE VOY SALTANDO DE PERSONA EN PERSONA y hasta yo misma lo he pensado, por eso esta vez decidí que sería diferente, porque ya no tengo diecinueve, porque ya soy una adulta con el cerebro completamente desarrollado, porque de todas maneras no tengo nada qué ofrecerles, porque estoy deprimida, desempleada, siempre al borde de arrancarme los pocos o muchos años que me quedan por delante y la verdad cero ganas de aventarle todo esto a alguien que no tiene la culpa.
Era mejor para mí estar sola.
Sola, solín, solita. Sólo yo y mis problemas, y mis angustias, y mis dolores y mis pesadillas y mi mal humor y mi alcoholismo y mis inseguridades y mis miedos y mis incapacidades y mi potencial desperdiciado.
Luego, todo cambió.
Pareciera ser cierto eso de que cuando menos lo buscas (¿O esperas?) es cuando llega y si sí QUÉ MIEDO.
Pero permítanme darles contexto, porque no es algo que nació así de la nada. No llegó una persona desconocida a mis mensajes o algo similar. No.
Ya conocía a esta persona, dice él que llevábamos ya unos años de ser mutuals y lo que recuerdo muy bien es que sí desarrollé un crush pese a que nuestras interacciones eran muy superfluas por tuiter.
Un mensaje nos llevó a otro luego a otro, un meme por aquí, un rt por allá, una ilustración, una canción de teilor suif, una pregunta, otro mensaje, más mensajes, un buenos días, un ayer me puse muy peda por favor discúlpame si dije algo raro, un Marianita.
Y es curioso cómo estas cosas funcionan. Cuando busqué activamente tener una conexión con alguien, porque no quería estar sola, ni aburrida, quería sentirme querida, quería sentirme humana sólo me topé con vacíos catastróficos, amargos. Quería conocer gente para "no estar aburrida" y terminaba aburrida de ellos, de ellas. Quería sentir algo, algo bonito y luego algo doloroso para recordarme que sigo siendo humana, que sigo viva, que todavía puedo querer, que mi corazón no se lo llevó ella y sólo terminé frustrada porque la incomodidad era lo único presente.
Por más que me esforzaba, más lejos todo parecía, más imposible, más difícil.
El amor sí existe pero no era para mí, eso ya estaba claro.
Puedo decir con seguridad que hacía MUCHO que no me sentía así. Contenta y escuchada y curiosa y entretenida y humana y
acompañada.
Me resulta muy fácil ser yo misma con él.
Y, como siempre digo, es muy pronto para decir qué va a pasar, pero lo que puedo asegurar es que me siento muy alegre de estar viviendo esto y si en algún punto me llego a estrellar, si esto se termina en un ¡Crush! *onomatopeya*, lo habrá valido.
(Pero deseo con todas mis fuerzas que no sea el caso)
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